Antes de empezar a leer, te invito a RESPIRAR! siii, de acuerdo siempre respiramos, pero esta vez te invito a que lo hagas de forma consciente y para eso no tendrás que hacer mayor esfuerzo, sencillamente cierra los ojos y CONECTATE con el aire que entra y sale por tus fosas nasales…
Es maravilloso, verdad? sentir el aire que entra, se expanda por todo tu cuerpo y sale poco a poco aliviando cualquier molestia o tensión, es MÁGICO!!! Hay quienes consideran la respiración como un “soplo sagrado” que además de relajarnos, nos protege y es que mientras respiramos, el oxígeno alimento el cerebro y hasta puede mejorar la calidad de nuestra sangre. Vale la pena tomarnos unos minutos al día para sentir, conscientemente, nuestra respiración; sin temor a equivocarme, te puedo asegurar que esos minutos cambiarán tu día, tus decisiones y hasta tu vida, Haz la Prueba.
Para acompañarte en este camino, te compartimos una sencilla pero poderosa técnica que hace parte de las infinitas técnicas o ejercicios de respiración que realizamos durante la práctica del Yoga y que, técnicamente, se conocen como Pranayama.
Respiración de Un minuto
Empieza por cerrar tus ojos o usa algo para cubrirlos, te darás cuenta que con los ojos cerrados respiras mejor. Haz contacto con tu respiración e intenta que tu inhalación y tu exhalación sean cada vez más largas. Cuando te sientas listo, puedes empezar:
- Inhala durante 20 segundos
- Suspende o retén la respiración durante 20 segundos.
- Exhala durante 20 segundos.
En cada ciclo, respira de forma lenta y profunda, siente que el aire llena tu estómago, tus pulmones y tu pecho…Retén la respiración, sin que esto te exija esfuerzo; para terminar regresa, poco a poco, a tu respiración habitual.
Construye tu práctica lentamente, empieza con ciclos 5-5-5 con el tiempo irás subiendo hasta lograr los 20 segundos. Empieza por dedicarle 3 minutos al día y ve aumentando hasta que logres que tu práctica sea de 11 minutos. Yogui Bajan, uno de los maestros que enseñó esta técnica, dijo que su práctica nos hace más receptivos e intuitivos, calma nuestra mente, y nos permite disminuir tensión y estrés.